¡Hola a todos y a todas! ✌😄
Hoy os traigo mi reflexión sobre un artículo que he leído recientemente y que sigue la misma línea del tema central de nuestro segundo taller de investigación: el género. El artículo a grandes rasgos, investiga la importancia del género en la elección de querer ser docente de Educación Infantil.
En España, más del 90% de los docentes en Educación Infantil son mujeres. Esto lleva a pensar el por qué, el por qué es una profesión en la que existe tanta presencia femenina y muy poca masculina. Yo, personalmente el por qué, lo tengo muy claro. Desde mi punto de vista, hay dos factores que fomentan este aspecto: el primero, la idea tradicional y conservadora de que la mujer es la encargada del cuidado de los niños/as y el segundo, la infravaloración a la que está sometida esta carrera universitaria.
Empecemos por el primero. el más repetitivo pero no por ello, menos veraz. Da igual el siglo, aúnque parezca que no, la visión de la mujer como la encargada del cuidado de niños/as está muy extendida por nuestra sociedad. Y por lo tanto, cuando un hombre decide hacerlo porque quiere y le gusta, directamente y por triste que parezca es como si tuviera más posibilidades de ser homosexual. Pero después, también está el factor de que los estudios de Magisterio están completamente minusvalorados. Y aquí, me gustaría destacar que nuestra carrera no es meramente asistencial. No estamos únicamente para cuidar a los niños/as mientras sus padres trabajan, no estamos meramente para cambiar pañales aunque no tengamos ningún problema en hacerlo si es necesario. Durante los cuatro años que duran nuestros estudios, nos preparan para programar y diseñar actividades, para controlar el desarrollo en un niño/a y detectar si algo no va bien... etc.
Por otra parte, y en relación con la Película 'La Caza' (de la cual podéis tenéis una entrada reciente en el blog) también los hombres en Educación y quizás en especial en Educación Infantil, tienen que enfrentarse día a día a los prejuicios que existen en la sociedad y a su vez sentirse presionados en su propio trabajo para que no confundan ciertas actitudes con acusaciones de abusos sexuales. En definitiva, es un poco lo que paso en la película y mi pregunta es la siguiente: ¿por qué un profesional tiene que cambiar su actitud y en ocasiones su forma de trabajo para que no se le confunda con un pederasta? ¿Por el hecho de ser hombre? Porque estoy segura al 100% que viendo las mismas actitudes en una mujer no se nos ocurriría pensar lo mismo.
Para acabar esta reflexión personal, me gustaría añadir que es lamentable tener que cambiar tu forma de hacer las cosas por miedo a que te acusen de algo que no eres, por el simple hecho de ser un hombre.
Si queréis leer el artículo os lo dejo por 👉aquí.
¡Nos vemos pronto! 😃🙋
'Me duele haber corrido para no llegar. Ahora sé que el camino es la meta también.'
'Ojalá', Beret.
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